¿Qué es la leche fermentada?

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La leche fermentada es un alimento milenario, transformado y enriquecido a través de un proceso natural de fermentación. Este proceso no solo cambia su textura y sabor, sino que también potencia sus beneficios nutricionales. Comprender cómo se obtiene este alimento y cuáles son sus beneficios te ayudará a concienciarte sobre la necesidad de incluirlo en tu día a día para reforzar con éxito tu sistema inmunitario.

Podemos incluir dentro de la categoría de leches fermentadas el yogur, el kéfir, el queso, requesón o las leches fermentadas con L. casei como Actimel.

¿Cómo es el proceso de fermentación de la leche?

La fermentación de la leche es un proceso biológico natural que transforma sus propiedades originales y permite a este alimento ofrecernos mayores beneficios para la salud. 

  1. Selección de ingredientes: Se parte de leche y otros ingredientes de la mejor calidad.
  2. Pasteurización: La leche se calienta para eliminar bacterias potencialmente dañinas.
  3. Inoculación con cultivos: Se añaden cultivos de bacterias propias del yougur, como Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus además de las bacterias específicas, como el Lactobacillus casei en el caso de Actimel.
  4. Fermentación: Las bacterias fermentan la lactosa, el azúcar natural de la leche, produciendo ácido láctico. Durante este periodo se desarrolla el sabor y textura característico.
  5. Envasado
  6. Enfriamiento y empaquetado: Finalmente, se enfría y se prepara para su distribución. Es importante mantener la cadena de frío para asegurar la supervivencia de los probióticos.

Aunque se trata de un procedimiento con siglos de historia, los avances tecnológicos han ido mejorándolo, sobre todo durante las últimas décadas.

Tipos de leches fermentadas

La leche fermentada no es un producto único, sino que ofrece un mundo de variedades con distintas texturas y sabores. Estos que mostramos a continuación son algunos de los ejemplos más comunes.

  • Yogur: Probablemente el más conocido, con una textura cremosa y un sabor ligeramente ácido.
  • Kéfir: De consistencia más líquida, contiene una mayor variedad de bacterias y levaduras.
  • Leche acidófila: Similar al yogur, pero fermentada con Lactobacillus acidophilus.
  • Leche fermentada con L casei, como Actimel, que además está fortificada con vitaminas y minerales que ayudan al sistema inmunitario

Beneficios de la leche fermentada

Consumir leche fermentada no es solo una cuestión de sabor, sino también de salud. Los productos elaborados a base de leche fermentada ofrecen una serie de ventajas que conviene conocer a la hora de incluir en nuestro día a día.

  • Mejora la digestión de la lactosa: La fermentación de la leche descompone la lactosa, el azúcar natural presente en la leche, lo que facilita su digestión.
  • Rica en nutrientes: Las leches fermentadas son altas en proteina y ricas en calcio, elementos esenciales para la salud de tus huesos

¿Cómo se toma la leche fermentada y cuál es el mejor momento para consumirla?

La leche fermentada puede disfrutarse en cualquier momento del día. Es un excelente complemento para el desayuno, aportando energía y nutrientes esenciales para empezar la jornada, pero también es ideal como snack saludable entre comidas o incluso como postre tras el almuerzo o la cena.

Actimel y sus probióticos: un aliado para tu sistema inmunitario

Actimel no es una leche fermentada más, sino que se trata de un producto diseñado para ser un verdadero aliado del sistema inmunitario.

Danone enriquece esta leche fermentada con L. casei, un probiótico exclusivo, y una mezcla de vitaminas B9, D, hierro y zinc que son esenciales para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Estos ingredientes trabajan en conjunto para ayudar a mantener tus defensas en el mejor estado posible.

¡Consumir Actimel como complemento de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable es la mejor manera de cuidar de tu salud inmunológica!